Investigadores de una universidad de EE.UU.
encuentran en su archivo unas grabaciones en las que supervivientes del
Holocausto interpretan las canciones que cantaban en los campos de
concentración.
Muchos años después del fin de la Segunda
Guerra Mundial, los especialistas de la Universidad de Akron (EE.UU.)
comenzaron el proceso de digitalización de las grabaciones que se encontraban
en su archivo. Fue entonces cuando descubrieron unos documentos sonoros con un
valor incalculable.
Las grabaciones que encontraron son una parte
del enorme trabajo realizado por el psiquiatra David Boder, que en 1946
entrevistó en 9 idiomas a 130 presos de diferentes campos de concentración
nazis. Durante su investigación, aparte de recoger sus historias, grabó también
canciones y servicios religiosos, informa el portal de
la Universidad.
Hasta el día de hoy no se conocía nada sobre
la presencia de estas canciones en los archivos. Los científicos las
descubrieron por casualidad cuando empezaron digitalizar grabaciones antiguas.
Fue entonces cuando encontraron una bobina titulada 'Canciones de
Henonville', que creían perdida porque se encontraba en una caja mal
etiquetada.
Sin embargo, tras el hallazgo, no pudieron
encontrar un magnetófono de alambre adecuado para reproducir los carretes donde
se grabaron las sesiones. Ninguno de los aparatos de este tipo de los que
disponía el centro servía para el formato usado por Boder.
Tuvieron que esperar un año, hasta que una de
las trabajadoras, Litsa Varonis, encontró por casualidad un modelo
compatible en Ebay y lo donó al centro. Tras hacer algunos ajustes al
dispositivo, consiguieron por fin digitalizar las grabaciones y escuchar las
canciones por primera vez.
Para los investigadores, estas grabaciones
son uno de los descubrimientos más importantes de la historia del archivo
de la Universidad de Akron y tienen un indudable valor histórico.
Las canciones encontradas son las que cantaban
diariamente los presos cuando iban y volvían de su trabajo en los campos de
concentración. Para traducirlas, el equipo contó con la ayuda del Museo
Memorial del Holocausto de los Estados Unidos, ubicado en Washington D.C., que
posteriormente también recibió copias de los materiales.
Aparte de por estas canciones, los
investigadores señalan que las grabaciones son de gran interés porque
contienen testimonios que recogen las experiencias, alegrías y
frustraciones de muchas personas que lograron sobrevivir al horror del exterminio
nazi.
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