Los
ganadores del Nobel de la Paz rechazaron las acciones de Trump dirigidas a
construir un muro en la frontera con México y el veto temporal a la entrada de
refugiados y ciudadanos de siete países musulmanes.
Entre los 29
galardonados representados en la cumbre de Bogotá, Colombia, quedó en
firme el compromiso de tratar de evitar que nuevos sectores sean vulnerados por
las decisiones del mandatario estadounidense.
Los
laureados participantes en la XVI Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz
alzaron hoy sus voces en Bogotá en contra de las políticas migratorias del
Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a las que calificaron de
“racistas”.
En
el primer día de este foro, que se extenderá hasta el próximo domingo, los
ganadores del Nobel rechazaron las acciones de Trump dirigidas a construir un
muro en la frontera con México y el veto temporal a la entrada de refugiados y
ciudadanos de siete países musulmanes.
“Lo
que hizo Trump fue un acto racista, que contradice la democracia”, criticó la
periodista y activista yemení Tawakkul Karman, ganadora del Nobel de Paz de
2011.
Karman,
galardonada por su lucha pacífica por la seguridad de las mujeres y sus
derechos hizo un llamado para “acabar con el discurso de violencia que impera
hoy” e instó al mandatario estadounidense a “no aislar a los musulmanes”.
Yemen
está junto con Siria, Libia, Irán, Irak, Somalia y Sudán en la lista de países
cuyos ciudadanos fueron vetados temporalmente por la Casa Blanca para entrar a
Estados Unidos.
A
las protestas se unió el dos veces Presidente de Costa Rica y ganador del Nobel
de la Paz de 1987, Óscar Arias, para quien la novela “1984”, de George Orwell,
es “el guión diario” de los nuevos gobernantes de Estados Unidos.
A
juicio de Arias, esos “hechos alternativos” que presenta la administración de
Trump han hecho que crezcan de “manera espeluznante” situaciones de
“insensatez, xenofobia y odio”.
Entre
los 29 ganadores del Premio Nobel de Paz representados en la cumbre de Bogotá
quedó en firme el compromiso de tratar de evitar que nuevos sectores sean vulnerados
por las decisiones del mandatario estadounidense.
“No
tiene sentido que nos llamen terroristas cuando ellos (EE.UU.) invadieron Irak
y oprimieron a los países de Oriente Medio por su falta de democracia. Somos
gobiernos que buscan la libertad y quieren la paz”, indicó al respecto Shirin
Ebadi, galardonada en 2003 por sus esfuerzos por la democracia y los derechos
humanos en Irán.
Uno
de los temas más abordados por los laureados fue el de los derechos humanos,
sobre el cual aseguraron que la lucha del pueblo estadounidense será vital para
decidir su destino y el de las generaciones futuras.
Precisamente,
el pasado 21 de enero, un día después de su ascenso a la Presidencia, más de
tres millones de personas, según algunos cálculos, se manifestaron en Estados
Unidos en rechazo a las que catalogaron de conductas racistas y sexistas de
Trump.
De
igual modo, los nobel argumentaron que, hasta el momento, el nuevo Gobierno de
EE.UU. se ha enfocado en crear una administración basada en “el temor y la
exclusión”, lo que ha debilitado la democracia y generado violencia.
“Si
mencionara todo lo que Trump ha hecho durante su Gobierno acabaríamos llorando.
Por eso, la gente debe seguir protestando, pues gobernar no es aplastar a otros
sino buscar el bien de todos. Eso es democracia”, argumentó la estadounidense
Jody Williams, Nobel de Paz en 1997 por la lucha contra las minas
antipersonales.
A
su turno, Kailash Satyarthi, reconocido en 2014 por su lucha contra la opresión
infantil y su derecho a la educación en la India, recordó que “no debe haber
fronteras, ni muros, ni límites para los niños, que son lo más importante que
tenemos en el mundo”.
En
la instalación de la cumbre el Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos,
galardonado el año pasado, apeló a la “cultura de tolerancia, de respeto al
otro y a sus diferencias, de apreciación y defensa de la diversidad” como
herramienta para terminar los conflictos en el mundo.
Para
ello, dijo, es necesario “un cambio de concepción, un cambio radical de
paradigma: pasar del miedo, la exclusión y la separación al amor, la compasión
y la unidad”.
Asimismo,
la líder indígena guatemalteca Rigoberta Menchú, ganadora del Nobel en 1992,
destacó la importancia de que la paz sea una “política pública” y llamó a que
los jóvenes sean “mediadores de diálogo”.
“Es
comprensible que haya gente que piense diferente porque no todos han sentido de
igual manera el conflicto, pero el llamado de todos los nobeles aquí presentes
es a disfrutar la paz”, manifestó por su parte el ex Presidente de Timor
Oriental José Ramos-Horta (1996), quien dedicó su discurso a la paz de
Colombia.
En
esta jornada, la capital colombiana, nominada como sede del encuentro por la
Cámara de Comercio de Bogotá, recibió por parte del Secretariado Permanente de
la Cumbre el reconocimiento como “Ciudad mundial de la paz”.
“Apostamos
por Colombia y por la fuerte voluntad de paz que hay en los ojos de los colombianos”,
resaltó la presidenta de la entidad, Ekaterina Zagladina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario